Historia:
La pregunta recurrente ¿durante
cuanto tiempo debo acompanar a mi hijo en la realización y consolidación de sus
hábitos de autocuidado?, es recurrente.
En lenguaje sencillo:
1. ¿Por cuánto tiempo le
enseno a banarse?
2. ¿Cuánto tiempo le
acompano sus tareas y de qué manera?
Significado
de la historia:
Educar un hijo primero no se ensena
en ninguna parte, segundo viene demandado desde una experiencia muy particular
de un aprendizaje familiar que se transmite como un legado de la generación
anterior a la nueva.
Cada padre transmite a un hijo, a
cada uno, un mensaje particular y cada hijo establece una relación particular
con su padre/ madre.
Así que muchas preguntas de cuando,
como, donde pueden ser contestadas de manera general por lo que es lo común del
desarrollo en esas épocas. Sin embargo no puede desconocerse las necesidades
particulares y la vinculación única que tiene un padre/ madre con cada hijo.
Si bien un hijo no siempre genera
bienestar, pues requiere cuidados, esfuerzo y dedicación si satisface la
necesidad de cuidar y dar a otros lo que se ha recibido por un tiempo.
La vinculación profunda con un hijo y
su conocimiento son fundamentales para identificar esos límites de no retorno a
partir de los cuales ya dominan ciertas habilidades y pueden continuar en la
conquista de su independencia de nuevas.
Consecuencias
para el desarrollo:
Si bien es cierto que existen ciertos
pasos que todos los individuos de la especie van incorporando y asumiendo de la
misma manera que otros lo hicieron en otro tiempo. O en palabras de un
científico del desarrollo Vygostsky “la filogenia recapitula la ontogenia“. Que
no tiene otro significado que el desarrollo de un individuo desde que es
engendrado en el vientre de su madre hasta que pasa por cada una de las etapas
del desarrollo hace un recorrido similar al que han hecho sus antepasados, por
lo que también otro teórico afirma “la mente del infante se parece a la del
hombre primitivo que da sentido a lo que desconoce con explicaciones
mitológicas“.
En el proceso de su gestación hasta
el alumbramiento, de las primeras conquistas de los sentidos a la de las
letras, de los primeros pasos a las carreras y danzas el nino/a va provando su
propia fuerza y el padre/ madre pasa de la protección al susto y luego la
sorpresa el jubilo y el orgullo.
Dicho así suena fácil, sin embargo no
se vive siempre de esa manera. Cada nueva conquista afecta de manera desigual a
cada miembro de esta pareja. Ni a todas las parejas por igual.
Algunos padres o madres son tranquilos
otros se preocupan en exceso, algunos creen que sus hijos son más grandes y
pueden asumir más responsabilidades de las que en realidad logran y les
corresponde.
Ahora la medida sigue dándola el
hijo/a.
Los padres/ madres son tema
recurrente en la vida de todo individuo. Por exceso o por defecto generan una
impronta en la vida de ese individuo.
Cada uno recordará algo que le
impacto, algo que espero y no recibió, algo que aborreció por exceso.
Así que si en los extremos esta la
ausencia o el exceso es probable que la mejor opción sea la línea media a
partir de la cual ni se asfixia ni se peca por defecto.
A la pregunta ¿hasta cuando debo
dejar de acompanar a mi hijo/a a hacer tareas?
Transfórmela en una investigación a
partir de la cual ayude a su hijo por aproximaciones sucesivas a lograr
incorporar cada vez más y mejores herramientas para organización de su tiempo
de trabajo, planeación de sus actividades, adquisición de responsabilidades en
el ejercicio mismo de repetir el esfuerzo.
A este punto la pregunta pertinente ¿Cómo
se forma un hábito?
1.
Se muestra
2.
Se acompana
3.
Se sigue
4.
Se exige
Los niveles de mostrar y acompanar se
llevan hasta que ellos empiezan la pubertad con la mielinización del lóbulo frontal y así la posibilidad de
incorporar y desarrollar el pensamiento abstracto a partir del cual puede
planear, anticipar sus acciones.
A partir de tal momento empieza el
proceso de seguimiento y exigencia.
Pasar demasiado rápido de mostrar a
exigir puede sembrar inseguridad y sentimientos de inadecuación.
Manejo
efectivo:
Como educar un hijo, si bien no somos
la primera generación que lo hace y espero no la última por que sigue siendo
una preocupación actual.. en parte los avances de los descubrimientos de la
ciencia en todos los campos lleva a aprendizajes que no se pueden desconocer e
ignorar seria un gran error.
Mónica
Ceballos Recio
Psicóloga Psicoterapeuta, Maestra en Salud Mental
y Clínica Social Universidad a Distancia de León España. En formación en
Psicoterapia Gestalt
Bogotá
Colombia
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