domingo, 28 de agosto de 2011

Luchas de poder entre padres e hijos: Una perspectiva desde la pedagogía del error.

“todo individuo necesita ser reconocido, aceptado y valorado por su comunidad”

“a nadie le gusta que le digan que tiene que hacer”

(máximas de Jann Lensen en su libro: Disciplina con amor)

Las personas que somos padres actualmente tenemos el no honroso título de última generación que hizo caso a sus padres y la primera que hace caso a sus hijos… el tema es que algunos cambios en los conceptos de infancia, educación han llevado a modificar códigos de países en el trato permitido y prohibido entre hombres y mujeres, entre padres e hijos.

Cuando mi abuela iba al colegio el pegaban y estaba permitido, aún a mi madre mi abuela la llevo al colegio y le dijo a su profesora le autorizo que le pegue si se porta mal y aún cuando era pequeña y estaba en tercero primaria una profesora que venía de un colegio público me pellizco la oreja por no escribir con ortografía una palabra… claro que no me deje, sin embargo mi compañera de puesto se indigno más pues estaba muy enterada de que eso era indebido, a mi la verdad me sorprendió tanto su actitud que ni siquiera supe más que esconder mis orejas en el cuello de la chaqueta.

Los cambios en las políticas de un país, una nación una familia se pueden enunciar y firmar en un corto tiempo, sin embargo los cambios culturales requiere más que eso. Desde que mi abuela era madre ya iniciaba la música del cambio pero no se dio sino tres generaciones después, ahora los padres no pegamos a los hijos.. sin embargo algunos padres carecen de herramientas para formar a los hijos sin recurrir a las amenazas, los castigos físicos.

Hoy veo necesario volver a escribir una vez más sobre ese tema tan candente ya que vuelvo a encontrar en la consulta particular o en el trabajo como psicóloga educativa este tema recurrente: ¿cómo educar a mi hija/o, qué hacer con las luchas de poder?

El cambio sustancial en la relación entre padres e hijos requiere reconocer que cada individuo necesita pertenecer a una comunidad, ser aceptado, valorado por la misma, además de considerar que a ninguna persona le gusta que le digan que tiene que hacer.

Es considera que a un compañero de trabajo o a un amigo nunca se le trataría indignamente.

Para tal aspecto es básico tener presentes las reglas de juego bajo las cuales se reunirá su familia, tener en cuenta la potencia que cada individuo posee, prender el motor de su hijo implica considerar su necesidad de ser dignificado, todo niño quiere crecer, ser capaz y disfrutar de la potencia que conquista cada día con su desarrollo.

Cuando los niños son pequeños tienen una posición de dependencia total de los padres, a esa edad los padres dan respuestas, son dueños de la información y la experiencia. Sin embargo a medida que crecen empiezan a conquistar su cuerpo, su espacio y acumular conocimientos y experiencia prueban sus nuevas habilidades y conocimientos experimentando en su entorno social más inmediato: su casa.

Es esta la principal razón por la que padres e hijos se envuelven en luchas de poder. El madre/ padre siempre sabe cuando hace frio, cuando lo va a dejar la ruta, que comida es la mejor… y eso en parte es cierto, sin embargo si nuestros hijos están conquistando y ensayando destrezas en su contexto más inmediato van a entrar en luchas de poder por demostrar sus nuevos aprendizajes.

Por lo tanto tener un mapa claro, partir de respetar el proceso de crecimiento de sus hijos, y estimularlo para crecer va a permitir que disminuya la confrontación entre padres e hijos, no lo vea como el enemigo cada vez que quiere probar sus nuevas habilidades o tenga que empujar la cascara del huevo que no le permite volar.

viernes, 12 de agosto de 2011

Hijos únicos, alteraciones de salud: circunstancias que mal manejadas afectan la construcción de independencia de los niños y niñas.

Construcción subjetiva es un concepto que hace referencia a la forma como un niño recién nacido atraviesa por las diferentes etapas del desarrollo que le llevan de objeto de su madre a sujeto de sí mismo en donde construye sus estructuras subjetivas que le permitirán ser un adulto, formar familia, asumir sus responsabilidades individuales y sociales tomando una posición en la interacción con otras personas.

Tal construcción subjetiva se da en la mediación cultural que los adultos: padre y madre primero; hermanos, tíos, abuelos y primos después; y luego los otros del barrio, del colegio, de la empresa.

Mediación cultural es la forma como los adultos van incorporando a ese individuo en las costumbres familiares lo que va a determinar su identidad como miembro de una familia determinada, como miembro de un continente un país.

Regularmente cuando se educa un hijo se espera lo mejor de ese proceso, sin embargo algunos factores de los que los padres no son tan consientes puede afectar ese proyecto de vida.

Ser hijo único o las alteraciones de salud puede lleva a los padres a postergar el tránsito de la primera infancia a la segunda infancia, de ser bebe a niño/a poniendo en juego la madurez e independencia del niño, factores que durante la primera infancia no son tan visibles pero a medida que se acerca a la segunda infancia y adolescencia se empiezan a ver las consecuencias en baja autonomía, dependencia y mal manejo de la presión de grupo, dificultad para hacer amigos y mal manejo de la frustración. Factores asociados a depresión e insatisfacción en la vida adulta. Paradójicamente aunque pareciera que mucho afecto da el plus de afecto que genera adecuados procesos de autoestima y autoconcepto, contrario a lo que se cree deja expuesto al hijo a los embates de la realidad por su mal manejo de la frustración, dependencia y necesidad de aprobación.

Lo más complicado es que el mapa no es el territorio y cuando un padre sobreprotege a un hijo producto de ser hijo único o de tener alteraciones de salud que amenazan su existencia los padres exceden los cuidados más allá de las necesidades del hijo. Dan la idea al hijo que la vida es así, el mapa que le han ofrecido a sus hijos corresponde a una vida sin frustraciones, que posterga la construcción de independencia y mantiene los cuidados que los padres hacen por los hijos en la primera infancia, afectando el proceso de enfrentar la realidad cada vez con menor mediación del adulto con el fin de incorporar cada vez más y mejores herramientas en la interacción social, en los juegos sociales de una comunidad de turnos, normas, tolerar y ceder, mostrar seguridad y no temer el fracaso ya que es parte de la realidad a la que nos enfrentamos todos los seres humanos cada día.

Ahora el papel de la escuela es confirmar, confrontar y transformar los esquemas culturales. En la escuela los niños/as entran a comparar los esquemas de casa, allí ponen en juego los esquemas culturales aprendidos en casa, el mapa que sus padres les han transmitido de la cultura. Allí es donde se puede confirmar, confrontar o en su defecto transformar por medio de la universalización que hace la escuela de la cultura de un país expresado en la carta de gobierno sobre la educación.

Cuando una familia ingresa al hijo en un colegio es importante estar atentos y abiertos a las lecturas que desde el colegio se hacen ya que es el espacio que cuestiona, complementa el papel que los padres han hecho en lo particular de su propia experiencia como miembros de una cultura, ejercicio que se legitima o cuestiona en la corresponsabilidad casa / colegio. El colegio cumple la misión de territorio, que aunque también es un recorte de la realidad, es un poco más universal y expresa la intención de un país.