Los preparativos
Una vez más el colegio de la selva “TARZAN” se prepara para
recibir sus nuevos integrantes, cada año alegran los anchos corredores,
rodaderos y salones del colegio con sus sonrisas contagiosas y sus abrazos
cargados de ternura.
En la madriguera mama muerde las orejas y empuja cariñosamente
a su leoncillo Manda. Manda ya es muy ordenado, con una mirada fulminante de su
mama recoge su desorden, barre la madriguera y se acuesta a dormir, claro
dejando lista la maleta, onces, ropa y libros para su glorioso primer día de
clase.
Peluche, hijo de la señora cuerpo espín espero a su mama a que
regresara del trabajo, cada día esta más ocupada o haciendo oficio, atendiendo
a sus hermanos o trabajando en el computador, ya casi no tiene tiempo para
jugar con ella ni salir al parque y menos para hacer sus tareas por lo que
Peluche se quedo dormida esperando a mama. Olvido alistar su ropa, no comió
antes de dormir, ni se lavo los dientes, creo que ni se cambio para colocarse
la pijama.
En cambio Bocha retoza en la cama de hojas, mientras su ma
chimpancé alista la ropa, guarda cuidadosamente sus cuadernos, embetuna sus
zapatos, le lava los dientes para que no se le caigan cuando sea grande,
arrulla y duerme a su hijito para que mañana este bien. Espera que la profesora
le cuide, lave su cara y dientes, le de las onces y si puede le escriba una
notica connotándole como le fue en su primer día.
En casa de kich
desde diciembre habían hablado sobre los cambios que tendrían por la
entrada al colegio grande: como acostarse temprano para levantarse sin sueño y
leer un poco más.
Kich se puso de acuerdo con mama sobre que cosas podría hacer
para ayudar y decidieron que el alistaría sus onces y la ropa en la noche antes
de ir a dormir, por lo que esta muy emocionado con su nuevo colegio, jugar con
sus nuevos amigos y conocer a su profesora.
El sol se asoma por el horizonte entre las montañas y da la
bienvenida a un nuevo día, los ruidos conocidos empiezan a despertar a los
animales de la selva. Los gallitos
cantan, las mamas en sus árboles y
madrigueras corren las cortinas, mandan a hacer los desayunos de la
familia y llaman a sus hijitos al baño diario.
Mama leona empujo y mordió cariñosamente a Manda quien de un
brinco salto al agua sin demora, tomo su desayuno y salio presurosa evitando el
empujón de mama.
En casa de Peluche dormían cuando sonó el citófono tres veces,
mama contesto despistada y colgó asustada pues la ruta lo esperaba en la
portería, corrió a despertar a su hijo, lo vistió con lo primero que encontró y
lo mando corriendo a la ruta antes que lo dejará y ella tuviera que llevarlo a
ese colegio tan lejos. Cuando por fin se sienta en la ruta
+empieza a sollozar.
En cambio a Bocha mama ya le tenía todas las cosas listas, lo
levante con suficiente tiempo y como era el primer día quiso llevarlo
personalmente y garantizar que todo iba a estar bien con su hijito. En varias
ocasiones lo miro por el espejo retrovisor, suspiro y sonrió con nerviosismo.
Bocha empezó a sentir que algo malo pasaba y se sintió muy nerviosa, cosa que
cuando mama lo dejo al frente del colegio empezó a llorar para que su mama no
la dejará sola.
Cuando Kich bajo de la ruta reconoció a Bocha que lloraba en la puesta del colegio. Kich
había colocado el despertador antes de dormir como su mama le había enseñado y
como se había acostado temprano no tenía sueño cuando sonó. Se levanto ayudo a
mama tendiendo cama, se baño y desayuno a tiempo para salir con mama al
paradero. Sentía hormigas en el estomago que le hacían reír de felicidad cuando
vio asomarse la busetita blanca llegando a su casa. El recorrido fue largo por
las ganas que tenia de llegar, cuando por fin se bajo de la ruta encontró a
Bocha y le pregunto por que estaba llorando como no le contesto siguió al
salón.
En el salón
La profesora se presento, algunos ya la conocían era la
señorita Búho que podía mirar sin mover la cabeza a todas partes. los recibió
con los brazos bien abiertos como para que todos cupieran allí. Recorrieron el
colegio, jugaron juegos de reglas y al final salió con ellos al parquecito para
tomar las onces que mama había preparado.
Cada uno tomo su ponchera, el único que no sabia que llevaba
era bocha pues su mama había empacado todo.
A Peluche hacia rato le sonaba el estomago como de gritos
cuando la maestra Búho pidió a los niños sacar las onces, se sintió muy feliz que por fin iba a
comer pero inmediatamente se sintió muy triste pues recordó que ni se había
bañado esta mañana, ni desayunado y menos traer las onces. Por lo que volvió a
sentir muchas ganas de llorar y se contuvo hasta que Manda paso rápido por su
lado y sin darse cuenta lo empujo y cayó sentado al piso. Manda siguió corriendo como si nada,
sintió un empujón como los de su mama, por lo que no le preocupo y le pareció
normal.
Sin embargo para Peluche muchas cosas estaban fuera de orden,
sin bañarse, sin desayunar, sin onces y empujado en el piso sin amigos por lo
que siguió llorando más pensando en esas cosas. Bocha lo miro, le pareció que
lloraba pero no hizo nada, Manda no se dio cuenta, solo Kich se acerco preguntarle de nuevo por que lloraba,
como Peluche no le decía nada volvió a preguntarle y al final le paso el brazo
por la espalda pero tampoco se calmo por lo que finalmente sintió muchas ganas
de llorar y prefirió buscar a la señora Búho y contarle todo lo que estaba
sucediendo.
La señora Búho se acerca suavemente y pregunta a Peluche que
le pasa, al principio no podía hablar pero después se tranquiliza y le cuenta
por que está tan triste. La señora Búho hace algunas notas y le pide a la mama
de Peluche venir al colegio para hablar. Cuando entran al salón de clase llama
a Manda y le pregunta por lo ocurrido, a Manda no le parece grabe pero igual se
disculpa diciendo que no se había corrido cuando ella paso, la maestra le muestra
que aunque no quería empujar a Peluche lo había hecho por lo que se disculpa.
Después la señora Búho les dice que cuando vayan a jugar en el parque no pueden
correr por que se empujan.
De regreso a casa
La señora Búho les dice a los niños que es hora de alistar la
maleta por que ya se van a las casas, cada uno organiza sus cosas, se despiden
felices de ese día y se van con la alegría de volver a encontrarse a jugar y
aprender mañana.
Mónica Ceballos Recio
Tp. Registro No.126086 Colegio
Colombiano de Psicologos
Psicóloga Psicoterapeuta
Maestra en Salud Mental y Clínica Social Universidad a
Distancia de León España
Bogotá Colombia
Para
consultas llama a estos números 3206763237 o 4623547 moniceballos@hotmail.com -
mceballosrecio@gmail.com
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