Algunos comportamientos de los niños son más visibles que otros y cada uno necesita un manejo diferente.
Tomar decisiones de manejo en cuanto a rutinas establecidas, Amor, Firmeza, Normas, Principios Claros, contribuye a no envolvernos en peleas de poder con nuestros hijos. Que deterioran la relación y no cumplen su objetivo.
Para empezar:
1. No olvide que el ADULTO es usted!!
2. Defina el comportamiento relevante; es decir, los comportamientos que objetivamente tienen que ser cambiados.
3. Existe una relación entre el temperamento y el comportamiento. En ocasiones, confundimos a la persona con lo que hace y nos envolvemos en las luchas de poder. Nos colocamos en el nivel de los niños/as, y recurrimos a los gritos y las amenazas.
4. A mayor autoridad, menor necesidad de castigo.
5. Un sistema eficaz para un niño pequeño tiene dos componentes: Acciones planeadas y Reacciones Efectivas.
6. Acciones Planeadas: decisiones a las cuales llegan los padres en relación a la norma, definir la importancia de las reglas, rutinas y premios planeados.
7. Reacciones Efectivas: respuestas inaceptables a los comportamientos inaceptables; como la neutralidad, razonar no sentir -, preguntarse si el comportamiento está relacionado con el temperamento del niño y de ser así entenderlo.
8. “Claridad en las reglas y las consecuencias”, corregir el comportamiento únicamente.
9. Para castigar: sea breve, no negocie, sea firme, no repita mucho la advertencia, sea práctico, no quite los ojos de la meta para lograr una disciplina eficaz.
10. Recuerde: “GESTIONAR ES HACER QUE LAS COSAS SUCEDAN”.